¿Te has sentido abrumado por el ruido mental, el estrés del día a día o la ansiedad por comenzar a correr con sobrepeso?
El mindfulness running no solo es una tendencia. Es una herramienta poderosa para reconectar contigo mismo mientras mejoras tu salud física. Y lo mejor: no necesitas correr rápido ni ser experto. Solo necesitas estar presente.
¿Qué es el mindfulness running y por qué está en auge?
El mindfulness running o correr con atención plena es una práctica que combina el movimiento físico del running con la consciencia del momento presente. No se trata de alcanzar un ritmo perfecto o ganar una carrera, sino de disfrutar cada paso, cada respiración, y el simple hecho de moverte.
Hoy, más que nunca, muchas personas con sobrepeso o vidas sedentarias encuentran en esta práctica una forma amable de iniciarse en el ejercicio, liberarse del estrés y cuidar su mente.
Según Mindful.org, esta técnica mejora la concentración, calma la mente y ayuda a reducir el estrés acumulado.
Beneficios emocionales y mentales de correr con atención plena
Incorporar mindfulness a tus entrenamientos puede ofrecerte beneficios que van mucho más allá del físico. Aquí algunos de los más poderosos:
🧘♂️ Reduce el estrés y la ansiedad
Al correr sin distracciones, se estimula la liberación de endorfinas y se disminuye el cortisol, la hormona del estrés.🧠 Mejora la claridad mental
Te ayuda a soltar pensamientos repetitivos, organizar ideas y volver a conectar con tus objetivos personales.💪 Aumenta la tolerancia al malestar físico y emocional
Aprendes a observar el cansancio o la incomodidad sin huir de ellos.😴 Favorece un mejor descanso
Un cuerpo que se mueve con conciencia duerme mejor.❤️ Fortalece tu autoestima
Sentir que te cuidas sin presiones externas mejora tu relación contigo mismo.
Cómo empezar a practicar mindfulness running si eres principiante
Comenzar no es complicado. Aquí te dejo algunos pasos prácticos:
Camina antes de correr
Inicia con 5–10 minutos de caminata consciente. Observa cómo te sientes. No uses música ni apps al principio.
Concéntrate en tu respiración
Inhala y exhala por la nariz, sin forzar. Observa el ritmo de tu respiración y cómo cambia con el movimiento.
Siente cada paso
Escucha el contacto de tus pies con el suelo. Siente tus piernas activas. Acepta si hay fatiga sin juzgar.
Deja que los pensamientos pasen
No luches contra tus pensamientos. Obsérvalos como nubes que van y vienen.
Agradece tu cuerpo
Finaliza agradeciendo a tu cuerpo por moverse, sin importar la distancia o el ritmo.